Él fue el primer hombre que la conmovió, que la inspiró, que la comprendió de verdad. ¿Estaba destinado a ser el último?
Lucy y Gabe se conocieron durante su último año en la universidad un día que les cambiaría para siempre. En ese momento decidieron que necesitaban hallar un sentido para su vida, aprovecharla, dejar huella. Jóvenes y enamorados, parecían tener el mundo a sus pies. No esperaban que fueran sus propios sueños los que los separaran. Pero Gabe aceptó ir a trabajar como fotógrafo de prensa a Oriente Próximo y Lucy decidió continuar su carrera en Nueva York.
Así comienzan trece años de anhelos, deseos, celos, traiciones y, sobre todo, amor. Separados por continentes, pero nunca lejos del corazón. ¿Era realmente su destino acabar juntos su viaje?
Espero que algún día encuentres un amor así,
un amor que todo lo consuma, un amor poderoso,
que te haga sentir que te estás volviendo un poco loco…
Pero además invencible e infinito.
LA LUZ QUE PERDIMOS
A veces crecemos con una idea muy clara de lo que queremos en nuestra vida, o en algún momento de nuestra entrada a la edad adulta encontramos una meta que seguir y sabemos que tenemos que buscar la forma de alcanzarla. A veces, simplemente, no estamos perdidos y sabemos lo que queremos. Sin embargo, nunca nos imaginamos que un día nos encontraremos en el camino con alguien que nos robará el corazón, pero cuyo sueño, cuya meta en la vida es incompatible con la nuestra. Ah, amigos, ¿y ahora, qué?

¿Amamos o completamos nuestros propósitos en la vida? En La luz que perdimos Lucy y Gabe decidieron, a pesar del amor (qué frase tan terrible, “a pesar del amor”, pero qué necesaria tantas veces), realizar lo que sentían como su misión en la vida. Dos caminos, dos continentes y trece años de avanzar sin nunca olvidarse el uno del otro. Otros amores, momentos históricos, aventuras y tragedias, siempre pensándose.
Y en este contexto vamos viajando a través de sentimientos, sensibilidades, recuerdos y decisiones que podrían ser nuestras, cometiendo errores y acertando, pero sobre todo dejándonos envolver por una nube de literatura de la que necesitaremos unos segundos para volver a la realidad y recordar dónde estamos y qué día es.
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