Todos hemos leído y visto en el cine y en series de televisión historias de la guerra. Conocemos la dureza de la guerra, de cualquiera, y el infierno que pasan los soldados en lo que dura ese horror.
Jamás podremos olvidar al recluta patoso que no llegó a superar la instrucción en La chaqueta metálica:
Sabemos lo mal que lo pasaron para encontrar al soldado Ryan:
Pero pocas veces nos hablan de las mujeres, de cómo viven ellas la guerra, de cómo afrontan el regreso de sus seres queridos con miembros amputados, traumas psicológicos o trastornos o, peor aún, cómo superan la pérdida.
De eso mismo trata Despertar, la novela de Anna Hope que nos ha llegado al corazón desde los inicios hasta el final. En el contexto del final de la Primera Guerra Mundial, aquella sangría europea, la guerra de las trincheras, viajamos a Inglaterra y vemos cómo una serie de personajes femeninos enfrentan la muerte y el cambio tras el horror.
Hasta el momento, una de las pocas novelas que había llegado a nuestras manos y que tratara la guerra en cierto punto desde la visión de una mujer era la preciosísima historia de Ian McEwan, Expiación, llevada al cine por Joe Wright en 2007.
No obstante, los personajes de Despertar no cometieron ningún error en sus vidas que debieran pagar con la guerra. No son personajes que necesitan ser expiados, nadie ha condicionado el destino de estas personas salvo los propios acontecimientos históricos.
En esta novela no hay escenas de guerra porque esta novela no se desarrolla en la guerra, sino fuera de ella. Carece que fragmentos como aquella segunda parte de la novela de McEwan y que ralentizaban mucho el ritmo de la acción narrativa.
Ada, Evelyn y Hettie… estas tres mujeres se han quedado en casa. Nada ha cambiado para ellas y sin embargo ha cambiado todo. Son madres incapaces de entrar en la habitación de su hijo, al que saben que no van a volver a ver. Que se lo encuentran por todas partes, lo llaman, pero no es él porque él ya no está. Hermanas que se han encontrado con que su hermano está perdido, es incapaz de comportarse con normalidad, bebe o se pasa horas mirando al vacío, sentados en el sillón de su padre. Son novias que han quedado viudas antes de estar casadas.
Son, en definitiva, aquella cara de la guerra en la que pocas veces se piensa y a la que la literatura y el cine han dado poca voz. Anna Hope crea un ambiente que te envuelve desde la primera página, te coge de la mano y te pasea por las calles y las casas inglesas que describe, te mete dentro de las mentes de sus personajes para que sientas como sienten ellas y lo consigue de una forma magistral.
Despertar es una novela indispensable, hay que leerla pero, desde luego, hay que estar preparada para sentir con fuerza cosas que nunca nos habíamos planteado. Y para ello, debemos estar bien equipadas con clínex, por si las moscas.
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